Venezuela: No hay nada que investigar




Regreso al comienzo




Gracias por
firmar el libro
de visitas




Artículo
anterior






Opiniones




Libros




CHAT ROOM
Tema Libre

Lunes 30 de abril 2012


"NO HAY NADA QUE INVESTIGAR..."

Por Hernán Maldonado

En Venezuela se está haciendo costumbre que ocurra lo inverosímil y pocos se asombran. 19.500 personas fueron asesinadas el 2011, según informes oficiales, y como la cifra anual es recurrente - un centenar más o un centenar menos - ya no da frio ni calor.

Hace pocas semanas se fugó el magistrado del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) Eladio Aponte Aponte "para preservar su vida", según dijo, a cambio de convertirse en informante de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).

Aponte, un coronel-abogado ex fiscal militar, mimado y encumbrado al TSJ por el presidente Hugo Chávez, denunció abiertamente a su protector de encubrir el tráfico de drogas y de haberle ordenado la persecución judicial de sus enemigos políticos.

Sus temores aparentemente se originaron en los recientes asesinatos del capitán Jesús Aguilarte Gómez, ex gobernador del estado de Aragua y del general Wilmer Moreno, ex subjefe de la Dirección de Inteligencia militar, ambos muy allegados a Chávez.

Aguilarte fue destituido del cargo cuando parecían inocultables sus lazos con el narcotráfico. Al regresar de Cuba unos pistoleros lo dejaron herido de muerte. A Moreno, otros pistoleros emboscaron su auto, le preguntaron su identidad y le metieron 10 tiros en el rostro.

El general Carlos Peñaloza, ex jefe del ejército, insinuó en un largo artículo que estos asesinatos tienen que ver con una sorda lucha entre carteles de la droga dirigidos desde altos círculos militares venezolanos.

Walid Makled, un zar de la droga considerado por la DEA como el tercero más importante en el mundo, tras su detención en Colombia el 2010 reveló que tenía bajo su nómina a decenas de jefes militares. Era dueño de líneas aéreas, puertos, almacenadoras y tenía libre ingreso a los altos círculos de poder venezolano.

En una sospechosa aparición sólo ante medios oficialistas venezolanos, Makled reveló el pasado fin de semana, que le pagaba el equivalente a 700.000 dólares anuales a Aponte.

El ex magistrado declara a la DEA en Washington desde hace 2 semanas. Quizás nada nuevo, sino para confirmar lo que ya saben desde hace años organismos estadounidenses.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro de EE.UU. tiene en su lista de sospechosos de tráfico de drogas y de apoyo a las FARC colombianas al actual ministro de Defensa, Gral. Henry Rangel Silva, y al comandante de la poderosa división de blindados, Gral. Cliver Alcalá Cordones, entre otros.

Chávez, desde Cuba, donde convalece de un cáncer, dijo que Aponte "es un delincuente" y que todo lo que está informando a la DEA "es caliche" (cosas sin importancia).

Dentro de esa línea, la Fiscal General de la República, Luisa Ortega, dijo que "no hay nada que investigar en Venezuela…" y exigió a Aponte presentarse a su despacho para formular sus denuncias.

Este tipo de escándalos son "caliche" para el régimen chavista. Lo mismo ocurrió cuando la aduana argentina descubrió una maleta con 800.000 dólares enviados desde Caracas para la campaña electoral de los esposos Kirchner.

Aquella vez, la presidenta de la Asamblea Nacional, Cilia Flores, dijo; "Nunca, Beatriz, nunca", cuando la periodista Beatriz Adrián le preguntó ¿cuándo la AN investigará las revelaciones de Antonini Wilson", el hombre que llevó la maleta a Buenos Aires en un avión oficial y que fue juzgado en EE.UU. Así está Venezuela.