La felicidad presidencial




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Jueves 26 de abril 2012


LA FELICIDAD PRESIDENCIAL

Por Hernán Maldonado

Evo Morales, presidente de la ex República de Bolivia, se siente "feliz" de no haber estudiado en una universidad. El implícito mensaje a millones de niños y adolescentes del moderno "Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario" es: En la Universidad se pierde el tiempo.

Quizás Morales tiene razón, en Bolivia actualmente se hace más dinero y se llega a las cumbres del poder político y económico con un sembradío de coca, o como dirigente cocalero, que mostrando un diploma académico.

Esto explica, también, la molestia presidencial por "tanta ley" que hay que cumplir y que le impide gobernar. Lo admitió públicamente al afirmar que por eso: "Le meto nomás y después que arreglen los abogados, para eso han estudiado…"

Morales, tras reprochar a rectores y profesores por estar albergando a universitarios "procapitalistas" que queman en sus manifestaciones la bandera cubana, dijo: "Por eso estoy muy feliz y muy contento de no haber ido a la universidad".

Obvio que se refirió a una universidad donde se estudia, porque Morales no se pierde asistencia alguna a una casa superior dominada por demagogos izquierdistas donde le otorgan doctorados "Honoris Causa", como ocurrió en El Alto, en Chile, en Ecuador y Venezuela.

Inmediatamente de conocerse la declaración de Morales, hirvieron el miércoles las redes sociales. En tweeter en una proporción de 10-1 se le criticó severamente. Orgivie Hernández, desde Puerto Ordaz, Venezuela, escribió: "¡Pobre Bolivia!"

El venezolano Angel A. Fernández, autor del libro "Problemas Epistemológicos de la Ciencia", dijo: Evo "no necesita decirlo, se ve de lejos que nunca fue a una Universidad. Pero anunciar su felicidad es la apoteosis de la ignorancia".

Sin duda que la flamante declaración de Morales aparecerá en una nueva edición del libro "Evadas", del periodista y poeta boliviano Alfredo Rodríguez, quien el 2011 compiló las 100 frases más estúpidas del líder plurinacional, como aquella de que comer pollos causa homosexualidad.

Mientras tanto, y quizás para que la niñez y juventud bolivianas no tomen a pecho las palabras de Morales, la prensa boliviana "enterró" virtualmente la frase en sus ediciones de este jueves. O quizás se deba a un interés de preservar en algo la maltratada majestad presidencial boliviana.

¿Este el mismo interés del actual gobierno? Aparentemente no, porque el autor de la malhadada frase estuvo de lo más tranquilo y ciertamente "feliz" disfrutando el mismo jueves en la noche del partido que Bolívar le ganó 2-1 al poderoso Santos de Brasil, mientras el país anda de cabeza por marchas, paros, huelgas y bloqueos. Así nomás es, diría Cayetano Llobet.