Venezuela: Divididos creyentes y no creyentes




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Domingo 2 de diciembre del 2012


VENEZUELA: DIVIDIDOS CREYENTES Y NO CREYENTES

Por Hernán Maldonado

Las elecciones presidenciales del 7 de octubre confirmaron la división de Venezuela en dos grandes bloques: chavistas y opositores. En la misma proporción ahora se dividen los que creen que el presidente Hugo Chávez está enfermo y los que piensan que no.

En las dictaduras, la salud de sus líderes siempre ha sido un secreto de Estado. Chávez ha seguido el modelo. En junio del 2011 reveló desde Cuba, a donde viajó de emergencia, que se le había detectado un tumor canceroso del tamaño de una pelota de béisbol. No dijo dónde.

Tras su tratamiento regresó a Venezuela para asegurar que estaba completamente curado. Sin embargo, varias veces regresó a Cuba por periodos variados para someterse a sesiones de radiación y quimioterapia o una nueva operación.

En febrero del 2012 en lo que parecía ser su último regreso, conmovió al país al pedir lloroso a Dios que lo dejara vivir un tiempo más hasta completar su revolución bolivariana.

"El cáncer quedó atrás", dijo al postularse por tercera vez a la reelección presidencial. Realizó una campaña medida, circunscrita a su verbo encandilador como el de un moderno Flautista de Hamelin.

Utilizó todos los recursos del Estado y distribuyó dinero a manos llenas. Amenazó al país con una "guerra civil" si perdía en la lid. Millones de empleados públicos, beneficiarios de becas y asistencias del régimen o quienes se inscribieron para recibir viviendas en un futuro ignoto, fueron arrancados de sus casas para que fueran a votar.

Cuando se reveló su cáncer, Salvador Navarrete, quien fue su médico de cabecera, dijo que no le quedaban más de dos años de vida. El galeno debió dejar Venezuela de la noche a la mañana. Otro médico, José Rafael Marquina, que vive en EE.UU., basándose en lo dicho por Navarrete, calculó que el mal empezaría a hacer estragos en diciembre del 2012.

¿Será por esto que Chávez adelantó a octubre los comicios presidenciales? Nadie lo sabe, porque no hay ningún informe oficial sobre el cáncer que lo aqueja. Según especulaciones se trata de un leiomiosarcoma, casi siempre terminal.

Tras su triunfo electoral, Chávez virtualmente desapareció. No ha vuelto a escribir en las redes sociales desde el 1 de noviembre y en más de 45 días solo tuvo comparecencias televisivas por 8 horas, algo insólito en un hombre que padece incontinencia verbal.

Por tres veces, al menos, suspendió el acto de posesión del nuevo ministro de la Defensa, un acto que jamás se perdería dada su afición a las fanfarrias militares. El 27 de noviembre se daba por seguro que reaparecería para festejar su fracasada intentona golpista de hace 20 años.

Trascendió que cuando se preparaba para hacerlo sufrió una descomposición alarmante y debió ser trasladado de urgencia a Cuba. En la Asamblea Nacional se leyó su pedido de permiso, pero a diferencia de otras épocas, no hubo testimonio de la ceremonia protocolar de salida ni de su llegada a La Habana.

Desde aquél junio del 2011, muchas veces se produjeron insólitas ausencias y "gloriosas" reapariciones, una estrategia usada con mucho éxito por Fidel Castro para desalentar a sus opositores. La mitad de Venezuela cree que ahora ocurrirá lo mismo.

Sin embargo la otra mitad piensa que esta vez la cosa es grave, porque es impensable que Chávez se haya perdido la oportunidad de comentar las elecciones en Estados Unidos, de viajar a Cumbres como la de Cadiz o la del pasado fin de semana en Unasur, su hija predilecta.

El 16 de diciembre Venezuela elegirá a gobernadores y es insólito que Chávez haya abandonado a su suerte a los candidatos que nombró a dedo. El próximo viernes Mercosur celebrará su Cumbre en Brasil y Chávez confirmó su asistencia, anuncia el diario Folha de Sao Paulo. Amanecerá y veremos.