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Lunes 24 de febrero del 2014


VENEZUELA VIVE HORAS DECISIVAS

Por Hernán Maldonado


Angel Vivas asegura que no se dejará arrestar. Espera armado en su casa a sus captores. (Foto divulgada por @Mmorin_informa, vía Twitter).

Venezuela vivió un domingo sin mayores sobresaltos desde que el 12 de febrero estallaron violentas protestas. Grupos de trabajadores oficialistas procedieron a levantar las barricadas en las principales ciudades y los opositores al régimen de Nicolás Maduro parecían tomarse un descanso.

La aparente paz, sin embargo, fue quebrada con los intentos del gobierno de detener al general retirado Angel Vivas. El militar, de 56 años, se atrincheró en su casa de la urbanización de Prados del Este empuñando una ametralladora.

¡Que venga el propio Maduro a detenerme!, retó Vivas, quien el 2008 fue dado de baja por el presidente Hugo Chávez por haberse opuesto a gritar la consigna "¡Patria, socialismo o muerte!"

Un fuerte contingente de la Guardia Nacional debió retirarse del lugar cuando los vecinos salieron en amparo de Vivas levantando barricadas en la principal autopista de la urbanización. "Le volaré la cabeza al que invada mi casa", había prometido el viejo soldado.

Maduro, entretanto, bailó en cadena nacional de radio y TV con su compañera Cilia Flores, a la que etiqueta como "la primera combatiente del país", en un acto en el Palacio de Miraflores al encabezar un acto de ancianos afectos a su gobierno.

El jolgorio oficialista parecía un reto descarado a cientos de dolientes que a la misma hora despedían en Valencia a Geraldine Moreno, la estudiante asesinada por guardias nacionales mientras se manifestada contra el gobierno el pasado fin de semana.

Excepto en Prados del Este, no volvieron a levantarse barricadas en Caracas, como había ocurrido desde el 12 de febrero cuando una manifestación estudiantil fue dispersada a balazos causando la muerte a tres jóvenes.

Pero el malestar se mantiene latente en todo el país. Ahora las protestas no solo son pidiendo la libertad de Leopoldo López, el líder de Voluntad Popular y los estudiantes, sino contra el alto costo de la vida, el desabastecimiento y la inseguridad.

La aparente calma podría deberse a la expectativa de un diálogo entre Maduro y el principal líder opositor y ex candidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, a realizarse este lunes en Miraflores. Capriles ha pedido que el diálogo sea televisado a todo el país y que se retirará si no se accede a su pedido.

Capriles se encuentra bajo fuerte presión de sectores opositores que lo consideran blandengue porque sostiene que las protestas deben ser pacíficas y no violentas. Maduro las interpreta como punto a su favor.

Otros dirigentes opositores como el mismo López y la diputada María Corina Machado creen que la lucha debe continuar hasta lograr lo que han pedido los estudiantes, unas demandas de 10 puntos a las que muy difícilmente el gobierno accederá.

Hace 9 años se produjeron similares protestas en Caracas y los opositores abandonaron las barricadas cuando sus dirigentes recularon atendiendo llamados de Chávez al diálogo. El fallecido presidente, luego de sentirse seguro, arreció sus ataques contra los opositores y se atornilló en el poder.

A diferencia de entonces, las protestas ahora tienen carácter nacional en al menos unas nueve ciudades importantes. En el Táchira, fronterizo con Colombia, Maduro mandó paracaidistas, helicópteros y la aviación y no ha intimidado a los manifestantes.

Tras más de dos semanas de protestas, el saldo es al menos de 11 muertos, centenares de heridos y detenidos y cada vez es mayor la presión internacional para que el régimen respete los derechos humanos, entre ellos la libertad de información, virtualmente inexistente. Amanecerá y veremos.