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Jueves 16 de mayo del 2013


AMOR CON HAMBRE NO DURA

Por Hernán Maldonado

El director del diario El Nuevo País de Caracas, Rafael Poleo, tenía la certeza de que en Venezuela no hay malos ni buenos gobiernos, sino buenos o malos precios del petróleo.

Hoy, con varios años de exilio en Estados Unidos, quizás ya no piense de la misma manera porque con precios del crudo que están por encima de los $100,00 el barril, Venezuela tiene un mal gobierno.

Cuando Hugo Chávez tomó el poder en 1999, el precio del barril estaba por los $12.00. Desde el 2005 esos precios alcanzaron alturas siderales, lo que le permitió a Chávez gastar a manos llenas. ¿Buen gobierno?

Ideó el “socialismo del siglo XXI” que nunca fue explicado ideológicamente y que consistió en despilfarrar fabulosos ingresos en misiones, dádivas, subsidios, becas, prebendas, regalos.

El objetivo principal era comprar votos. La burocracia estatal se triplicó y se empezó a nacionalizar a diestra y siniestra. Sectores básicos de la producción pasaron a manos del Estado. Se expropiaron 3 millones de ricas tierras agrícolas y ganaderas.

El aparato productivo fue destruido bajo la promesa del “socialismo”. La industria del hierro (Sidor), del aluminio (Alcasa y Venalum), cemento (CEMEX), electricidad (EDELCA) son ahora cadáveres vivientes. Agroisleña, que surtía de abonos, créditos, semillas a los productores agrícolas, virtualmente dejó de existir.

Enormes fincas productivas fueron expropiadas “manu militari” y ahora son eriales donde han desaparecido los ganados. El resultado es que hoy Venezuela importa cabillas, cemento, sufre apagones, hay escasez de agua, han desaparecido la leche, carne, pollo, aceite, café, azúcar, arroz, etc.

Entonces es obvio que ni a $100.00 el barril alcanzan los ingresos diarios de casi $90 millones por la exportación de alrededor de un millón de barriles diarios, paradójicamente al “maldito imperio”, que es el único que paga al contado.

Porque, claro, la “revolución socialista” distribuye gran parte del resto de su producción a precios preferenciales a otros países comprándose así aliados internacionales que son los que miran para el otro lado cuando el chavismo viola groseramente los derechos humanos.

El desastre sembrado irresponsablemente durante 14 años por Chávez está aflorando ahora en su cruda realidad con un desabastecimiento brutal como nunca antes vivido en Venezuela. Ni siquiera hay papel higiénico.

Como si esto no fuera grave, el gobierno de Nicolás Maduro nació el 14 de abril manchado por las sospechas de fraude. Su poco más de 1% triunfal no convence a la mitad de los venezolanos, a quienes se trata de acallar con la cachiporra y la pistola.

Venezuela está viendo la peor cara del “socialismo bolivariano” porque ni siquiera con tan alto precio el petróleo sirve para hacer un buen gobierno. Chávez, que como Flautista de Hamelín solía vender ilusiones, ya no está. Sus herederos son torpes y ya se sabe que amor con hambre no dura.