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Viernes 22 de junio del 2017


VENEZUELA: “...AL MUNDO NADA LE IMPORTA”

Por Hernán Maldonado

Estos días pasé largas horas siguiendo la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos que debatió un proyecto de resolución, sobre la atribulada Venezuela, que finalmente no prosperó porque para algunos países vale más un puñado de petrodólares que la vida de un joven venezolano.

Si Enrique Santos Discépolo viviera quizás hubiera escrito otra vez el tango Yira Yira. ¿Le importa al mundo que la dictadura venezolana mate a un joven a diario? El más reciente, el número 75 en caer fue David José Vallenilla, asesinado el jueves a quemarropa por un soldado en las afueras del aeropuerto de La Carlota, en Caracas.

La OEA solo buscaba que el régimen chavista desistiera de su propósito de convocar a una asamblea constituyente sin participación popular, como manda la Constitución, que liberará a todos los presos políticos y que devolviera la plenitud de sus atribuciones a la Asamblea Nacional.

El canciller mexicano Luis Videgaray, anfitrión de la Cumbre de Cancún, reveló que pocas horas antes del inicio de la sesión, se consiguió la mayoría necesaria de 23 votos para aprobar la resolución. Por inexplicables razones, votaron negativamente Dominica, Cristóbal y Nieves y San Vicente y las Granadinas. (Otros 2 votos negativos fueron los de Bolivia y Nicaragua, socios ideológicos de la dictadura).

Se abstuvieron 8 países, entre ellos República Dominicana país al que Maduro condonó hace un año el 60% de una deuda de más de $2.500 millones como si fuera dinero de su bolsillo. En los años 60, Venezuela luchó denodadamente contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. En venganza, “Chapita”, urdió el atentado en la avenida Los Próceres en la que casi muere el presidente Rómulo Betancourt.

Otros 5 países de Caricom también se abstuvieron. La mayoría conforman PetroCaribe, el organismo respaldado por el finado Hugo Chávez que le sirvió para esclavizar el voto de estas países-islas otorgándoles petróleo subsidiado. Con esos votos Chávez impuso al chileno José Miguel Insulza como secretario general de la OEA.

¡Y claro! en los tiempos del señor Insulza, Chávez hizo y deshizo en la OEA. Se inmiscuyó groseramente (enviando a su canciller Maduro) tras el golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelada en Honduras, amenazó a los paraguayos que frenaron intentos despóticos de Fernando Lugo y dijo que defendería hasta militarmente en Bolivia al “indio” Evo Morales.

¡Ah! Entonces ninguno de los que ahora votaron en contra o se abstuvieron defendieron “el principio de no intervención”, clamaron por el respeto a la soberanía ni repudiaron la “injerencia” en asuntos de un país hermano.

Entre todos estos países sus poblaciones no llegan a sumar ni el 7%. Los 20 estados que votaron por aprobar la resolución suman 980 millones, el 93% de la población hemisférica con un producto bruto del 98%, según Videgaray. Este el tamaño del despropósito. El mensaje a los venezolanos que luchan contra la dictadura es que conseguirán su libertad por esfuerzo propio.

Lo único positivo fue que la canciller de Maduro fue tan grosera con representantes de varios países, a los que llamó “camada de perritos simpáticos del imperio”, que muchos de los que aún dudaban ahora están seguros de que Venezuela está en manos de unos delincuentes malintencionados.

Morales también quedó mal, porque jura que la OEA es un apéndice del imperio que sólo obedece órdenes. La votación demostró (otra vez) que no tiene idea de lo que dice.