Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 16 de enero del 2005


CONTANDO LOS POLLITOS...

Por Hernán Maldonado

La grave crisis político-social por la que atraviesa Bolivia ha llevado al líder cocalero Evo Morales a pedir el adelantamiento de las elecciones presidenciales. El jefe máximo del Movimiento al Socialismo (MAS) pareciera estar contando los pollitos antes de nacer.

Aparentemente su lógica política es sencilla. Su partido se constituyó el 2002 en la segunda fuerza electoral del país, por encima de ese conglomerado de tránsfugas que opera bajo las siglas de NFR y muy por encima del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.

La huida de Gonzalo Sánchez de Lozada, tras el "octubrazo" del 2003, produjo la virtual desbandada de la primera mayoría. Inclusive a nivel parlamentario el MNR dejó de ser una fuerza monolítica.

Pero octubre 2003 también significó, un poco con la ayuda del propio presidente Carlos Mesa, el entierro de los "partidos políticos tradicionales". Por eso es que en las elecciones municipales de diciembre casi desaparecieron las viejas siglas de MNR, ADN, UCS, MIR, NFR, MBL, etc.

Los mismos partidos contribuyeron a esa "desaparición" del espectro político boliviano porque en todo un periodo y medio de gestión parlamentaria hicieron todo lo posible para continuar descalificándose ante el electorado.

Esta quizás la razón por la que el MAS, como nueva fuerza emergente, y pese a sus entuertos internos que incluyeron la salida de su ideólogo Filemón Escóbar, logró en diciembre la primera mayoría con un 18 por ciento total de los sufragios, aunque significativamente ninguno de sus candidatos ganó alguna alcaldía en las capitales de departameno ni en El Alto.

En esas elecciones, Tuto Quiroga con apenas movimientos de cintura, para usar términos pugilísticos, logró significativa votación en Beni y Pando y fue el artífice de sugestivos acuerdos en El Alto y Santa Cruz.

El dicharachero presidente Hugo Chávez, al que no le gusta que nadie meta sus narices en los asuntos venezolanos, se entusiasmó con la votación de Morales y lo ensalzó como al futuro presidente de Bolivia.

Quiroga se lo reclamó exigiendo respeto a la soberanía boliviana, algo que no hizo cuando como gobernante escuchó a su lado al embajador estadounidense Manuel Rocha pedir a los bolivianos no votar por el dirigente de los cocaleros.

Pero bueno, excepto por Quiroga que con ese hecho puso sus cartas al descubierto de que aspira a la reelección, el resto del espectro político parece nomás ser como un cadaver insepulto.

Esto parece tomar en consideración Morales al aventurarse a pedir el adelantamiento de las elecciones. Cree que unos comicios a mediados de este año le favorecerían ampliamente, porque sus rivales no tendrían tiempo para rebasar ese 18 por ciento.

El cálculo de Morales puede ser errado. Los mangos no están tan bajitos. Una cosa son las municipales y otras las elecciones presidenciales.

Además, ¿qué ganaría Bolivia con un nuevo presidente que, como el actual o el anterior, no logra una mayoria parlamentaria? Tendrá nomás que dialogar, construir consensos para buscar soluciones a esa montaña de problemas que algunos ilusos creen que encontrarán con la realización de la Asamblea Constituyente o la re-nacionalización de los hidrocarburos.

Y cuidado si Mesa renuncia, como alegremente piden algunos "autonomistas" cruceños. Ellos mismos saben que difícilmente se tendría en pie el sucesor constitucional. ¿A qué están apostando los comiteístas?"

Lo lamentable en la crisis actual en Bolivia es que los cruceños, los cocaleros ni los alteños parecen darse cuenta que con su conducta podrían darle razones a intervenir a esos "tutores" de la patria que tienen una particular óptica para gobernar "democráticamente".





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