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Miércoles 12 de abril del 2000


EL PRECIO DE LA MENTIRA

Por Hernán Maldonado


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El presidente Hugo Bánzer Suárez tan sólo hace unas semanas nos pintó un hermoso cuadro de la situación del país. Quizás alentado por alguno de sus consejeros buscó una figura retórica para hacerlo.

Con la destreza de un meteorólogo dijo que el país estaba próspero y bien, aunque los problemas existentes daban la impresión de que no era así. Aquí fue cuando dijo que Bolivia estaba con una temperatura agradable, pero que parecía asfixiante por la "sensación térmica".

Si el presidente hubiera visto mejor su termómetro, habría comprobado que el caldero estaba a punto de hacer ebullición y los que le echaron leña al fuego fueron él y su gobierno.

Pero el convencimiento de Bánzer de que el país está bien, ya nos lo dijo con la famosa Declaración del Mamoré de marzo del año pasado cuando junto con sus ministros nos describió una panorama tan idílico como los paisajes que rodean el viejo río.

Lo que ha ocurrido en los últimos días no es sino el hastio ante tanta mentira disfrazada de verdad. Y la mentira comenzó antes de ser gobierno. Nadie ha olvidado esas promesas por televisión de que se pagaría en su gobierno el bonosol. "Lo demás son soberanas mentiras", dijo. Cuando llegó al poder se le olvidó. También se olvidó de revertir al estado todas las empresas "enajenadas" por el anterior gobierno. Y él sabia que no podría porque es uno de los padres del famoso decreto 21060 que abrió las puertas al neoliberalismo en el país.

Y su prometida guerra contra la pobreza se circunscribió a su entorno palaciego, a sus conmilitones, a sus aliados políticos, parientes, amigos, amiguitos y amigotes, todos los cuales se pegan como sanguijuelas al tesoro nacional en cargos públicos, consulados y embajadas.

Otra gran mentira fue la proclamación de la ética (¿se acuerdan de su famoso decálogo?) como pilar de su gobierno. Todavía no se cerró el capítulo de la Aduana corrupta del general Carlos Monje, quien recibió sólido apoyo presidencial hasta que se vio obligado a renunciar por presión de la prensa.

Y el famoso yerno Chito Valle, encontrado culpable por la Contraloria en el caso de la chatarra prefectural, todavía anda orondo como primera autoridad de La Paz y defendiendo el derecho de un yerno suyo de ir a la embajada de Bélgica a quitarle el puesto a una funcionaria de carrera.

Mentira, corrupción y más mentira.

El sábado cuando miles de personas se reunían en la plaza principal de Cochabamba, el ministro del gobierno Walter Guiteras declaró que se trataba de 200 revoltosos. Su colega de Informaciones Ronald MacLean, declaró el domingo que el gobierno no reconocia ninguna representatividad a la Coordinadora. 24 horas más tarde el gobierno no tuvo empacho en reunirse y firmar la paz con los descalificados.

Cochabamba tenía razones para enfurecerse. El general como candidato le prometio Misicuni cuando voces más sensatas favorecian Corani. Por eso Bánzer ganó en Cochabamba. Lo que se le olvidó al general es decirle a los cochabambino lo que les costaría.

Por eso la enorme frustracion. Ahora la Coordinadora se salió con la suya arrastrando al pueblo cochabambino. Ojalá que estén también conscientes de lo que significa su "triunfo", es decir que Misicuni queda otra vez como una quimera.

¿O es que algún inversionista se animará a dar un paso al frente tras lo ocurrido allíi? El gobierno, que tiene cientos de policías medios muertos de hambre, ¿de dónde sacará dinero para emprender la faraónica obra?

Por lo pronto debemos empezar a rascarnos los bolsillos porque a la empresa Aguas del Tunari, según cálculos periodísticos, debemos pagarle 10 millones de dólares por la rescisión del contrato.

Una semana de paralización del país, muertos, heridos, detenidos, confinados, pérdidas materiales calculadas en 50 millones de dólares, la imagen del pais en el suelo, ¿no son demasiado precio para las mentiras?