Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 6 de julio del 2008


LA CARA DE LA FEA MEZQUINDAD

Por Hernán Maldonado

El exitoso rescate de 15 rehenes, con el que se cubrió de gloria el ejército colombiano, fue saludado sin ambages por la democracia mundial. Las viudas de las FARC se sumaron al alborozo a regañadientes descubriendo el feo rostro de su mezquindad.

Hugo Chávez, que en enero pidió al mundo que reconociera el carácter beligerante de la guerrilla narcotraficante, y que quiere convertir a Bolivia en un "nuevo Vietnam", ahora cínicamente proclama que "el tiempo de los fusiles ya pasó".

Demoró más de 24 horas en expresar su "alegría por la liberación" de Ingrid Betancourt. "Le mando un beso", dijo al recordar que había prometido "ir a lo más profundo de la selva" a buscarla. Lo que olvidó decir es que su colega Alvaro Uribe lo destituyó como mediador porque abusivamente quiso soslayar los mandos naturales del ejército colombiano.

Cuando murió Raúl Reyes el 1 de marzo su computadoras portátiles revelaron los nexos de las FARC con Chávez, produciendo un radical cambio en el venezolano. Chávez, acorralado ante la opinión internacional, no alabó más a la narcoguerrilla como "fuerza insurgente bolivariana" y hasta le pidió que deponga las armas y libere incondicionalmente a los "retenidos".

"Me quedé frio", recordó Chávez, cuando supo de la espectacular liberación de Betancourt. El petrodictador, que se jacta de tener infiltrado al imperio, ingenuamente reveló que un albañil le dio la noticia a gritos mientras recorría una barriada popular.

Pero antes de que felicitara a Uribe, sus corifeos trataron de restarle importancia al hecho, primero ignorando la sensacional noticia y luego descalificándola. Para el principal canal oficial se trató de una "liberación" y no de una operación de rescate.

¿Cuál la diferencia? Los liberados de las FARC en enero se despidieron de sus captores estrechándoles las manos agradecidos. A los rescatados les ahorraron esa humillación. Y obviamente no es lo mismo "retenido" que "secuestrado".

En el festival de estupideces que transmitieron los medios chavistas, el primer premio fue para Luis Brito Garcia que dijo que las FARC "liberaban ya a los retenidos cuando los militares colombianos los secuestraron y se los llevaron en un helicóptero". Quizás ahora sepa el escritor porqué no se venden sus novelas.

El que esto se haya oído y visto en Venezuela está dentro de lo previsible, pero la onda llegó a los satélites de Chávez en Ecuador, Nicaragua y Bolivia. Daniel Ortega, con una cara de luto expresó su "alegría" y Rafael Correa, con pésimo humor, dijo que "las tonterias de las FARC favorecen la popularidad de Uribe".

Evo Morales, más osado, no podía quedarse atrás. Especuló que la liberación de Betancourt fue acordado entre Uribe y las narcoguerrillas. "Saludamos las acciones que van tomando entre el gobierno (colombiano) y las FARC", afirmó. Claro, no podian faltar sus alusiones al "compañero Chávez, que fue quien inició los acuerdos para la liberación".

Ninguno mencionó el clamoroso pedido de Betancourt para que los amigotes de la narcoguerrilla respeten la soberania colombiana y recuerden que sus compatriotas eligieron a Uribe y no a las FARC. Pese a sus siete años en cautiverio, la guapa y valiente dama mostró que la selva no mermó su talento por lo que su futuro político tiene por límite el cielo. Amanecerá y veremos.





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