Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 15 de julio del 2007


NI POR MANDRAKE

Por Hernán Maldonado

A priori hay que dejar establecido que Bolivia necesita de ajustes constitucionales para adecuar su marcha al signo de los tiempos del Iphone, esa maravilla tecnológica que tiene estos días de cabeza a millones de personas alrededor del mundo.

También a priori es que debo decir que desde el comienzo me opuse a esa fanfarria politiquera de la Asamblea Constituyente y quizás mis cuatro lectores recuerden que pronostiqué que el aquelarre de Sucre sería como un caramelito para distrarer al electorado de problemas que requieren de soluciones urgentes en materia social, política y económica.

En un año de "labores" los asambleistas todavía discuten por donde sale el sol y ni por obra de Mandrake terminarán en la fecha indicada con la labor que se les encomendó y para lo cual Juan Pueblo paga sus sueldos, sus viajes y otras menudencias como la de pagar a costosos asesores extranjeros.

También se recordará que dado el entusiasmo con el que el señor Carlos Mesa nos vendió la Asamblea Constituyente y el fervor con el que le compramos la idea, propuse que la reforma constitucional debía realizarse a través el parlamento a elegirse en los comicios de diciembre del 2005, como ocurrió unas 10 veces en épocas pasadas.

Ahora los asambleistas dejan entrever que tienen en gestación a un Constitución con poco más de 700 artículos, en una clara muestra de nuestra incapacidad de síntesis y poco de conocimiento jurídico respecto a lo que debe ser la Ley de Leyes.

Hace unos años, un grupo de bolivianos, la mayoria residentes en el exterior preocupados por el Octubre Negro planteamos una serie de eventuales cambios constitucionales, muchos de los cuales han estado barajándose en Sucre en los últimos tiempos (parlamento unicameral, por citar un ejemplo).

Nuestro entusiasmo inclusive nos llevó a plantear la posibilidad de crear una nueva capital para Bolivia en cierto punto de la frontera entre Beni y Cochabamba, anticipándonos a esa pugna regional que han revivido ahora con preocupante hostilidad chuquisaqueños y paceños.

Todo lo relacionado con la "nacionalización del gas", lo planteamos también con claridad meridiana al punto que hoy releyendo el documento nos felicitamos que gentes de gran visión futura, como el compatriota Christian Inchauste, tenian claro qué es lo que debíamos hacer con ese nuestro recurso natural.

Obviamente jamás se nos cruzó por la mente que el masismo-cocalero llegaría al gobierno en tiempo relativamente corto y transtrocaria muchos esquemas lógicos. Por ejemplo luce hasta irracional que se quiera dividir al país entre qharas y tharas, que se alimente el regionalismo, la división, el odio racial y que el resentimiento social campée como consigna política siguiendo un modelo que le ha dado resultado a Hugo Chávez, pero que en Bolivia sólo podría erigirse sobre un montón de cadáveres, como se vio en enero en Cochabamba.

Chávez erige su imperio en una montaña de petrodólares y buscando expandirlo llena las alforjas de sus conmilitones en Bolivia, Ecuador y Nicaragua. En el caso nuestro con una intervención descarada al punto que nuestro presidente tiene un hilo de comunicación directa con el dictador caribeño mucho más ágil que la que tiene con su más estrecho asesor. Después de todo, hasta en esto están en la misma onda porque buscan la reelección en sus cargos mediante una nueva Constitución.





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