Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Sábado 1ro. de abril del 2006


POR LA MALA SENDA

Por Hernán Maldonado

La política internacional es muy seria para ser manejada irresponsablemente, según se enseña en la Escuela de Estudios Diplomáticos Antonio Quijarro. Lastimosamente en Bolivia algunos de los egresados de tan insigne academia se pasan por el forro lo aprendido.

Si con ellos han ocurrido deslices lamentables, qué podría esperarse de los que no han sido alumnos allí y hasta se enorgullecen de no ser amigos de los libros. Lo estamos viendo estos días con un precio carísimo a pagar por el país. Como todos estos errores no son cuantificables, pasan por debajo de la mesa, pero el daño es gigantesco.

Para que prospere alguna gestión en un organismo internacional es menester una labor diplomática de hormiga, durante meses y hasta años. Analícese lo que es Itamaraty y se descubrirá porqué Brasil tiene ese peso en el concierto mundial, pese a ser un país del tercer mundo. Lo mismo en el caso chileno.

Por eso resulta brutal el revés que sufrió Bolivia en Viena en su intento de despenalizar el uso de la hoja de coca. Ahora el gobierno resolvió olvidarse del asunto hasta mejor oportunidad, es decir hasta que prospere el "lobby" que pueda hacerse.

El 23 de marzo, desde la plaza pública, el presidente Evo Morales, "exigió" la convocatoria urgente a una asamblea de la Organización de los Estados Americanos para tratar el problema marítimo boliviano, como si la OEA fuera un sindicato siempre presto a reunirse.

Obviamente Morales desconoce cuáles son las materias urgentes que ameritarian una convocatoria de esa naturaleza. Pidió que el secretario general José Miguel Insulza viaje a La Paz y el chileno lo complacerá el 23 de abril y ni duda cabe que será una visita "diplomática". No puede ser de otra naturaleza, porque los estatutos de la OEA establecen los límites de su desenvoltura.

Mientras tanto la convocatoria a reunión urgente de la OEA fue muerta a horas de nacer por el canciller brasileño Celso Amorín y la cancilleria chilena. Pero lo peor del entuerto es que Amorín dijo que ese era un asunto "bilateral" chileno-boliviano y Morales, en lugar de refutarlo, lo admitió sobre tablas.

Tuvo que ser el vicepresidente Alvaro García Linera el que lo enmendara, porque Morales puso en el suelo el gran logro de 1979 cuando la OEA admitió en una histórica resolución que el problema de Bolivia es de carácter "multilateral".

Ahora nuestro lenguaraz presidente propone que un sólo individuo sea el embajador de Bolivia en Estados Unidos, la OEA y las Naciones Unidas. Sinceramente creo que no tiene idea de lo que son las cosas o cómo funcionan estos organismos y dónde.

Otro capítulo lamentable es la forma en que están siendo manejadas las relaciones con Estados Unidos. De los besitos se pasa rápidamente a las cachetadas. Una enorme irresponsabilidad fue insinuar que Washington estaba detrás de los atentados terroristas en La Paz, inclusive soslayando los primeros informes del ministerio del Interior.

La forma en que reaccionó la Casa Blanca haciendo llamar a nuestro Encargado de Negocios para que dé explicaciones es una muestra de que Estados Unidos no tolerará a Morales lo que le tolera a Hugo Chávez. Así que mejor que se entienda lo más rápidamente posible que la política internacional hay manejarla con pinzas. ¡Ah! Y entender también que Bolivia no es Venezuela.





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