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Domingo 28 de febrero del 2016


LAS VIDAS PRIVADAS Y EL PODER

Por Hernán Maldonado

El presidente Víctor Paz Estenssoro solía decir que lo importante es que el hombre domine al poder y no que el poder domine al hombre. El mismo sucumbió a su encanto. Por tres veces ocupó el cargo, lamentando que muchas de sus decepciones partidarias las causaron quienes se sentían frustrados porque "las peras (cargos públicos) no alcanzaban para todos".

Y es que desde siempre, en Bolivia el Estado es el mayor empleador y los que están en el poder, con honrosas excepciones, estiman que es su tiempo para resarcirse de pérdidas económicas por las persecuciones, encarcelamientos, exilios sufridos o por su dedicación en el partido, a la sagrada causa de conquistar el poder.

En un país cuya economía está solo por encima del empobrecido Haití, la lucha alcanza ribetes dramáticos. Las ambiciones son enormes y esa la causa por la que proliferan los partidos políticos y los caudillos. Casi nunca se ponen de acuerdo para disputar con una sola candidatura al mandón de turno, sembrando indirectamente el despotismo.

Por esto es altamente meritorio que en el reciente referendo en Bolivia que negó a Evo Morales la posibilidad de reelegirse el 2019 por 3ra vez, la sociedad civil se haya unido y haya triunfado, en su afán de recuperar la democracia e impedir que Morales se eternice en el poder, dejando de lado a media docena de líderes políticos.

Aunque el resultado es clarísimo, tengo mis dudas de que el caudillo obedezca el mandato del pueblo, como "nieto" que se considera de Fidel Castro (a quien llama abuelo sabio) o "hermano" del sátrapa Hugo Chávez, quienes le pusieron en el poder, ("yo nunca busqué el cargo, admitió hace dos días), según denuncia en su libro el ex ministro Carlos Sánchez Berzaín (La dictadura del siglo XXI en Bolivia).

Con aire de amargura Morales dijo que "respetará" el resultado del referendo, pero eso mismo dijo el 2007 Chávez cuando le negaron la posibilidad de reelegirse. En cadena nacional de radio y TV, el militarote "felicitó" a la oposición por su "victoria de m…", y antes de un año, mediante Ley Habilitante de su Asamblea Nacional, produjo otra consulta en la que se "ganó" una nueva reelección. El 2013 me voy, prometió, y ya sabemos qué pasó. Consiguió re-reelegirse pese a estar mortalmente enfermo.

La cadena colombiana NTN24 le preguntó a Morales si hará lo mismo que Chávez. El líder cocalero no contestó. Hace tiempo prometió que cuando se retire volverá a sembrar coca en el Chapare, "con una quinceañera" (obvio que no midió sus palabras al aludir a una menor de edad), pero ahora cambió de opinión y dice que continuará en la lucha, porque se considera que es el "único" para impedir que el neoliberalismo regrese al poder en Bolivia.

Culpó de su derrota a la "derecha" (y obviamente al imperialismo norteamericano) y a ese medio centenar de resentidos (¿no había suficientes peras?) que eran sus compañeros de aventura y que ahora son sus opositores. Por ejemplo, Filemón Escobar, su mentor político, y a quien solo de mala fe se le puede achacar de derechista.

La culpa de la derrota podría estar en otras causas graves, en mentiras profundas, en negociados sin culpables, en adjudicaciones de millonarios contratos sin licitación y en nuevos ricos que no saben explicar el origen de sus fortunas, entre ellos la ex pareja de Morales, Gabriela Zapata, que a los 29 años exhibe estilos de vida fuera de los común para una joven de 29 años, sin oficio ni beneficio.

¡Claro! que no debemos meternos en la vida privada. ¿Un hombre público la tiene? ¿La tuvo Bill Clinton, el presidente de la potencia mundial? Peor todavía. Morales hizo trizas la vida privada del escritor Mario Vargas Llosa a fines del 2013. ¿O acaso Morales no recuerda que amenazó a un periodista con develarle sus nexos extramatrimoniales molesto por una incómoda pregunta? Así nomás son las cosas.