La Iglesia como chivo expiatorio en Venezuela




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Viernes 30 de julio del 2010


LA IGLESIA COMO CHIVO EXPIATORIO

Por Hernán Maldonado

Es una constante histórica que las dictaduras chapuceras, cuando buscan afianzarse o aferrarse, al poder buscan a la Iglesia Católica como chivo expiatorio. El petrodictador venezolano no podía ser la excepción y estos días atropella al Cardenal Jorge Urosa Sabino creyendo que va a salirse con la suya.

Urosa Sabino recientemente alertó a los venezolanos de la tendencia cada vez más acentuada del régimen de Hugo Chávez de convertir a su país en un Estado comunista, al criticar la promulgación de una docena de leyes violatorias de la Constitución Nacional.

El enfurecido petrodictador arremetió contra el purpurado acusándolo de mentiroso. Olvidó que hace pocos meses ordenó a su canciller que entregue a los obispos libros de Carlos Marx para que "se instruyan" en el socialismo. Tampoco recordó que apenas el 10 de enero pasado en la Asamblea Nacional (AN) se declaró públicamente "marxista".

Urosa Sabino insistió en que "el socialismo-marxismo equivale a comunismo". Fue entonces que la AN convocó al Cardenal para una "interpelación". El martes pasado el prelado acudió a la convocatoria y allí leyó un documento memorable sobre el papel de la Iglesia en Venezuela, que sólo de mala fe puede calificarse de política.

Tras leer el documento Urosa soportó por cuatro horas la iracundia de los "levantamanos" chavistas que no recibieron otra respuesta que la mirada serena y bondadosa, llena de misericordia y de perdón. Se frustraron los que creyeron que Urosa debatiría con ellos.

Es un denominador común que quien proclama la paz, transmite y contagia paz. Lo vio y comentó toda Venezuela. A la salida la irascible presidenta de la AN, Cilia Flores, habló como un corderito. Ya no era la destemplada que exigía a gritos que Urosa Sabino "funde su partido político".

Pero qué habrá pasado en las 48 horas siguientes. ¿La regañó Chávez por haber bajado la guardia? Quizás nunca se sepa. Lo cierto que es que Flores volvió el jueves a las andadas con un arsenal de descalificaciónes al Cardenal amenazándolo con su "destitución" (La ignorancia es atrevida, decía mi abuela) y hasta de un eventual rompimiento de relaciones con el Vaticano.

Lo más probable es que revivió el conflicto Chávez-Iglesia como un ardid de distracción en momentos en que la petrodictadura pasa por su peor momento por el descubrimiento de cientos de miles de toneladas de alimentos podridos. Por si fuera poco, el propio jueves el influyente diario El Nacional publicó documentos según los cuales funcionarios compraron por medios irregulares en Argentina, Brasil y Uruguay más de 8.000 millones de dólares en alimentos, una tercera parte de los cuales nunca llegó a Venezuela.

Chávez, en lugar de dirigir su bronca contra sus corruptos, enfila sus baterias contra Urosa Sabino y así le va ir.