Golpe Chavista a Evo Morales




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Domingo 26 de abril del 2009


GOLPE CHAVISTA A EVO

Por Hernán Maldonado

El presidente Evo Morales, si discierne correctamente, concluirá en que fue traicionado por su colega Hugo Chávez en la reciente Cumbre de las Américas. No otra cosa significa el obsequio que le hizo el petrodictador al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Chávez le regaló a Obama el libro "Las venas abiertas de América Latina", escrito hace 39 años por el uruguayo Eduardo Galeano y que en cierto momento fue considerada como la biblia de los izquierdistas, especialmente por aquellos que fusil al hombro subieron a las montañas.

Desde entonces "Las venas…" recibieron abundantes críticas y se atribuye al mismo autor haber admitido que varios de sus conceptos perdieron vigencia o se basaban en datos falsos. En lo que respecta a Bolivia asombraba que Galeano afirmara que en 1970 "la mitad de los niños no concurre a la escuela".

Contra lo que esperaban Chávez y sus aliados, Barack Obama se robó el show sonriéndoles y dándoles la mano a sus detractores. Su accionar político fue impecable, aunque se ganó furibundos ataques de la derecha estadounidense. El ex profesor de Harvard, llamado "ignorante" por Chávez, derritió en un "amor a primera vista" al petrodictador, que no hallaba cómo fotografiarse con él.

Hasta el obsequio de "Las venas…" fue intencionalmente buscado para atraer sobre si a las cámaras de TV. Y es que Chávez, autoproclamado líder del Socialismo del Siglo XXI, no soportaba que Obama, desde que asumió, no lo haya tomado en cuenta, como lo ha hecho, entre otros, con los presidentes de Colombia, México, El Salvador, Brasil, Argentina, Chile y Perú.

Al regalarle ese libro, Chávez se olvidó que Morales es, según admisión pública, su suministrador de la pasta básica, el primer defensor de la hoja de coca, el presidente de las cinco federaciones productoras del Chapare, que es un político surgido de la coca y su máximo promotor a nivel mundial.

Galeano considera a la coca como el vehículo que conduce a la "aniquilación" del individuo. Lapidariamente afirma: "…la coca, como se sabe, al adormecer el hambre y enmascarar la fatiga, va apagando el sistema de alarmas con que cuenta el organismo para seguir vivo".

Morales no es el primer colega del petrodictador que queda colgado de la brocha. En la Cumbre de los 20, la víctima fue el ecuatoriano Rafael Correa. Días antes Chávez insultó al presidente Alvaro Uribe describiéndole como "paramilitar, asesino, lacayo del imperio", etc. Prometió que nunca volvería a reunirse con él. Correa lo imitó. Pero en la cita de Santo Domingo el petrodictador se abrazó con Uribe para un borrón y cuenta nueva, dejando azorado al ecuatoriano.

Para lo único que abrió la boca Morales fue para quejarse de que lo quieren matar, olvidándose de que él mismo se quiso matar con una huelga de hambre. Hace rato que los actuales gobernantes no aprovechan estas citas presidenciales para recordarle al mundo el injusto enclaustramiento marítimo. Ahora importa más la defensa de la coca.

Llamó la atención la casi unanimidad para pedir el levantamiento del embargo a Cuba y el empeño en su reinserción en el sistema interamericano, a pesar de que la isla no quiere saber nada de pertenecer a la OEA. O sea que a la Carta Interamericana, que exige regímenes democráticos, se la llevó el viento.

Obama fue muy criticado por haber hecho carantoñas a Chávez y sus aliados, pero a nadie se le ocurrió regalarle el libro de Carlos Rangel "Del buen salvaje al buen revolucionario" o el de Plinio Apuleyo, Alvaro Vargas, y Carlos A. Montaner: "Manual del perfecto idiota latinoamericano".