Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




Regreso al comienzo




Gracias por
firmar el libro
de visitas




Artículo
anterior






Opiniones




Libros




CHAT ROOM
Tema Libre

Domingo 27 de agosto del 2006


GARCIA LINERA SIN PILAS

Por Hernán Maldonado

"Si nos ponemos las pilas podemos llegar a un feliz término" en las negociaciones entre Bolivia y Petrobras, dijo entusiasta el jueves pasado el vicepresidente Alvaro García Linera tras su jornada de 24 horas en Brasilia.

La declaración de García Linera, según versión de The Associated Press, no especifíca quiénes son los que deben ponerse las pilas.

¿Serán los brasileños dejando atrás su malhumor por la nacionalización que afectó sus intereses petroleros en Bolivia? ¿Será el gobierno boliviano el que debe enseriarse y dejar de hacer y decir tonterias?

"Me siento muy, pero muy satisfecho, profundamente satisfecho", dijo García Linera en su rueda de prensa en Brasilia, tras su segunda misión en el exterior como "plenipotenciario".

Sólo el tiempo dirá si los resultados son para creerle, porque eso de "satisfecho" lo escuchamos ya cuando fue a Washington y salió con los palos en la cabeza al tratar de lograr la ampliación de la vigencia del APTDEA para la exportaciones bolivianas a Estados Unidos.

García Linera fue recibido por el presidente Inacio Lula da Silva, su canciller Celso Amorim, el presidente de Petrobras Sergio Gabrielli y por Marco Aurelio García, asesor de Lula (con muchos más poderes que un superministro).

Las reuniones, en medio de sonrisas de circunstancias, fueron básicamente para encarrilar las negociaciones entre Petrobras y Bolivia sobre los precios que Brasil debe pagar por el gas boliviano nacionalizado, amén de las indemnizaciones que correpondan cancelar.

Brasil, desde la nacionalización, está de mal humor. Lula se lo hizo saber claramente al presidente Evo Morales cuando hace dos meses en Caracas se negó a tratar el tema del gas y hasta le esquivó una entrevista.

Las negociaciones andan descarriladas por la terquedad de Brasil a ceder a un incremento de precios y porque el gobierno boliviano tiene un político bochinchero (el ministro de Hidrocarburos Andrés Soliz Rada) como su principal negociador en lugar de un capaz y sosegado economista.

Por si fuera poco, Morales y el propio Soliz Rada no descansan en sus acusaciones a Petrobras de estar "conspirando" para hacer fracasar la nacionalización. Morales denunció de que se han pagado 11 millones de dólares para conspirar, sin aportar pruebas.

García Linera está satisfecho porque cree que convenció a sus interlocutores de dos cosas: a) No habrá interrupción de suministro de gas a Brasil (mucho menos en ésta época electoral) y b) Las acusaciones de conspiración de Petrobras contra Bolivia son bravatas para consumo de política interna.

El vicepresidente, el mismo día en que Soliz Rada era ratificado en el cargo por Morales (pese a su censura en el Senado) se deshizo en elogios a Petrobras, a la que describió como "socia estratégica" con la que se propone "lograr un feliz término" en las negociaciones gasíferas, luego de una serie de "ruidos" (palabra usada por Marco Aurelio García) y "malinterpretaciones" (García Linera).

A ponerse las pilas pues. ¡Ah! Y no descuidar ciertos detalles que no debe dejar pasar bajo la mesa un plenipotenciario. La cita del jueves de García Linera con Lula, según el calendario oficial, estaba pautado para las 10 de la mañana. Nuestro vicepresidente espero sentadito dos horas.

Cuando llegó García Linera, Lula ni siquiera había empezado un discurso que tenía previsto pronunciar ante un Consejo de Asesores. No se sabe qué se trató ahí, pero quizás estaba analizándose lo que en las horas previas ocurrió en Bolivia.

Soliz Rada, en la renuncia (inaceptada) que siguió a su censura en el Senado, denunció que tras la medida parlamentaria "se hallan las fuerzas que pretenden que Bolivia retorne a su condición de semicolonia de los centros del poder mundial, aliados a las oligarquías que explotaron por 500 años a nuestro pueblo".

Pero cualquiera haya sido lo tratado por Lula con su Consejo de Asesores, hay sospechas de que tenía más razones que en Caracas para mandar a nuestro vicepresidente no sólo a hacer semejante antesala, sino a dedicarle después apenas 25 minutos de su tiempo.

El vicepresidente de Bolivia se quedó sin pilas al soportar la humillación de hacer una antesala de dos horas o ¿de qué tamaño es pues nuestro problema para salvar la nacionalización hidrocarburífera?





!-- Piwik -->