Regreso al comienzo




Gracias por
firmar el libro
de visitas

Miércoles, 18 de marzo de 1998


'EL DIABLO' NO SE COMIO
EL CUENTO DE 'EL PIBE'

Por Hernán Maldonado
Especial para la Agencia de Noticias Fides


Miami - El fútbol es hechos y no palabras y los goles son amores y no buenas razones. Esto fue así antaño y lo será por los siglos de los siglos. Amén.

Así lo ratificó el domingo el DC United del boliviano Marco Antonio "El Diablo" Etcheverry en su partido debut de la campaña 1998 de la Major League Soccer (MLS), la liga profesional del fútbol estadounidense, frente al Fusion de Miami, por un contundente y claro 2-0.

Si usted hubiera llegado al sur de Florida en las últimas semanas y hubiera leido la prensa local, visto televisión y escuchado radio, no le habría quedado ninguna duda que el Fusion daría que hablar a las generaciones venideras.

El equipo hace su debut en la MLS éste año y ha contratado como director técnico al argentino Carlos "Cacho" Córdoba de dudosos antecedentes de éxito en tal menester.

Pero lo que a Córdoba puede faltarle como DT, le sobra en palabrerío y durante cuatro meses ha estado pintándole a los aficionados surfloridanos un panorama de ensueño respecto a su equipo. No hace ni dos semanas que aseguró en una diario local que el Fusion estaba integrado por jugadores que "ya quisiera tener el mejor equipo del mundo".

Sea por la necesidad de despertar otra vez el interés en el fútbol en Miami o por el "marketing", el aficionado fue atiborrado con una verborrea lindante en lo irracional que alcanzó su punto culminante con la contratación del colombiano Carlos "El Pibe" Valderrama, de 36 años.

Si (de acuerdo a su estratega) las posibilidades del Fusion ya eran enormes, con la incorporación de "El Pibe" el cálculo optimista llegó al desborde. A Córdoba le faltó muy poco para asegurar que el título ya estaba al alcance de su mano en un torneo que ni siquiera había empezado.

El día inaugural 20,450 personas colmaron el estadio Lockhart, a 80 kilómetros al norte del centro de Miami. Otras 3,000 protestaron por no haber podido ingresar y se arremolinaron en torno al pequeño coliseo construido ex profeso dado que Miami se negó a proporcionarle a los dueños del Fusion facilidades en el Orange Bowl.

En un ambiente de fiesta puesto por los connacionales de los jugadores de ambos cuadros comenzó el partido en el que el campeón actual, de la mano de "El Diablo" Etcheverry (el segundo gol fue prácticamente su obra tras estrellar de tiro libre el balón en un poste) consiguió su primer triunfo, que pudo ser por guarismos más elocuentes de no haber dejado a su equipo con 10 hombres el otro boliviano, Jaime Moreno, por agredir a los 29 minutos a Cle Kooiman.

En el duelo entre dos mediocampistas de fuste, el boliviano le ganó todas al superastro colombiano, da tal manera que el principal diario en español de la ciudad, El Nuevo Herald, destacó en un ancho titular en su suplemento deportivo del lunes: "El Diablo" pudo más que "El Pibe", aunque las grandes fotografías a color del periódico y de su hermano en inglés, The Miami Herald, son para Valderrama.

Impavido, Cordoba dice ahora que "no hay que ver esta derrota como una tragedia. Perdimos una batalla, pero no la guerra", lo que significa - o poco menos - que la afición debe todavía prepararse para muchas más palabras. Al fin de cuentas el objetivo es llevar gente al estadio. Al fútbol quieren convertirlo en un producto.

Por lo pronto para su próximo encuentro, el sabado, contra el Chicago Fire, ya se encandila al público con la actuación de un conjunto musical tras el partido y por el mismo precio. Difícil será saber si la gente fue al concierto o a ver fútbol.