El fatal diálogo tardío




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Domingo 25 de noviembre del 2012


EL FATAL DIALOGO TARDIO

Por Hernán Maldonado

Colombia está sorbiendo el trago amargo de su prepotencia en su diferendo territorial con Nicaragua y ahora pretende lo que debió hacer desde el principio: Dialogar.

Lo que ocurre dramáticamente entre los dos países debería ser analizado con lupa en Bolivia donde se está cerrando las puertas de la negociación con Chile para resolver la vieja disputa de su salida al mar.

El gobierno del presidente Evo Morales anunció su intención de llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), lo que equivale a montarse en el último tren, para bien o para mal.

El paso es arriesgadísimo. ¿Qué tal si se produce un fallo análogo al del 19 de noviembre? Si la CIJ le da la razón a Chile se habrá acabado para siempre la pretensión boliviana de volver al mar.

En el hipotético caso de que la CIJ le dé la razón a Bolivia, ¿Qué tal si Chile (como ilustres voces están aconsejando a Colombia ahora) desconoce el fallo?

Puede darse también el caso de un fallo salomónico que deje las cosas como están, es decir se ratifique la vigencia del Tratado de 1904, pero al mismo tiempo se inste a las partes a seguir el diálogo para buscar una solución bi o trinacional.

El problema nica-colombiano se remonta a épocas coloniales que pretendió haberse resuelto con la firma del Tratado Barcenas-Esguerra de 1928 que dio a Colombia las islas de San Andrés, Providencia y otras islotes y cayos del archipiélago de San Andrés y que cedió a Nicaragua un territorio continental en la Costa Mosquitia.

En 1969 Colombia delimitó su frontera marítima oriental fijándola en el meridiano 82, despojándole a Nicaragua de un amplio trecho de su área marítima. El 2001 el gobierno de Arnoldo Alemán demandó a Colombia ante la CIJ contando con una unidad política jamás alcanzada en Nicaragua.

Ahora la CIJ, tras 11 años, otorgó la soberanía a Colombia sobre San Andrés y todos los islotes y cayos, pero "salomónicamente" cedió a Nicaragua un área marítima nueva que importa la pérdida de unos 100.000 kilómetros cuadrados para Colombia.

El presidente Juan Manuel Santos acaba de ordenar a su canciller María Angela Holguín que inicie negociaciones directas con Nicaragua "para manejar ésta encrucijada con prudencia y respeto" ¿No es por aquí que debió empezar todo?

Dado que un fallo de la CIJ no tiene apelación, Colombia ciertamente se encuentra en una encrucijada. "Ningún país se resigna a perder de la noche a la mañana 100.000 kms de territorio", dijo el ex vice ministro de Defensa Rafael Guarín.

Los colombianos resolvieron ahora unirse en torno a Santos, algo que ya habían hecho antes Alemán, Daniel Ortega, Enrique Bolaños, Violeta Chamorro, pese a sus profundas discrepancias políticas.

Guarín sostiene que como no puede apelarse el fallo, lo que queda es resolver el asunto "en el mundo de la política con los recursos propios de la diplomacia y de la fuerza" ("Por la razón o la fuerza", es el emblema del escudo chileno).

Mientras tanto, José Velásquez, veterano diplomático nicaragüense denuncia "la desafiante presencia naval colombiana en el área que ahora le corresponde a Nicaragua" porque "es innecesaria y envía un mensaje de intolerancia y arrogancia". Ojo avizor, pues.