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Martes, 10 de julio del 2018


MEXICO: EL FANTASMA LOPEZ OBRADOR

Por Hernán Maldonado

“Una cosa es la campaña electoral y otra es la realidad cuando se está en el gobierno”, afirma Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en una entrevista que circula estos días profusamente en las redes sociales. La afirmación tranquiliza a los que temen que México podría seguir el camino de la Venezuela chavista, tras iniciar su sexenio el 1 de diciembre.

AMLO ganó con un 53% de los votos en las elecciones del 1 de julio y su colosal triunfo también le da mayoría significativa en las cámaras de diputados y senadores. Claudia Sheinbaum, de su partido MORENA, será la jefe de gobierno del Distrito Federal, la cuarta capital más poblada del mundo con 8.7 millones de habitantes.

Con el enorme respaldo popular, AMLO quizás podría hacer todo lo que prometió como candidato, pero no habrá un terremoto político. Las instituciones mexicanas tienen bases sólidas. Como en la Venezuela de fines de los 90, que catapultó a Hugo Chávez, AMLO se benefició del cansancio del electorado con los partidos tradicionales.

El sátrapa venezolano hizo lo que le vino en gana. Se estrelló contra la empresa privada, la asfixió, la expropió, impuso el control de cambio. Se alineó con la dictadura cubana, que le asesoró a cambio de millares de barriles de petróleo diarios.

Destruyó la institucionalidad democrática venezolana dividiendo y persiguiendo a los líderes políticos y sus partidos. Buscó un liderazgo internacional a punta de petrodólares que le caía del cielo cual maná al pasar los precios del crudo de un promedio de $12 el barril en 1999 a $145 al promediar la década pasada. Mediante dádivas, subsidios, cupos, becas mantuvo cautivo el voto para simular mayoría.

Ese socialismo del siglo XXI, en base al billete, destruyó la economía venezolana y hoy el país se debate en una crisis colosal muy pocas veces vista en cualquier otra latitud mundial, al extremo de que la gente busca alimentos en los basurales, desaparecieron las medicinas y el transporte público. Más de un millón de venezolanos han huido.

Chávez tenía por referente al fallecido dictador Fidel Castro. También AMLO, quien en un discurso calificó al dictador cubano como un “gigante” de la política. Quizás esta es otra de las semejanzas. Pero ¿AMLO hará en México lo que hizo Chávez en Venezuela? Agudos analistas internacionales creen que no.

Roberta Jacobson, ex embajadora de EE.UU. en México, en declaraciones a Univisión, también sostiene que “una cosa es prometer como candidato…” La izquierda mundial y el Faro de Sao Paulo se alborozaron con el triunfo de AMLO, pero quizás están contando los pollitos antes de nacer.

En la atribulada Venezuela hay temor de perder a un aliado en su lucha por recuperar la democracia. AMLO y quien será su canciller anuncian que México volverá a su política de “no intervención”. Nada nuevo. México fue el único país que se negó a romper relaciones con Cuba cuando lo hizo el hemisferio en 1962. Además, quizás para el 1 de diciembre el chavismo será ya historia en Venezuela.

AMLO, sin duda, tomará algunas medidas populistas, pero incumplirá muchas de sus más relevantes promesas. Gonzalo Barrios, uno de los más lúcidos políticos venezolanos, afirmaba que en su país los funcionarios públicos “roban, porque no encuentran razones para no hacerlo”. Eso vale para México. El cáncer de la corrupción es institucional. AMLO tendría que cambiar a casi toda la administración pública. ¿Acabará con el narcotráfico? Primero tendría que acabar con la pobreza, su fuente y eso no se cría en macetas.

Chávez aplastó a la empresa privada y se adueñó de los medios de comunicación social. ¿Alguien cree, por ejemplo, que AMLO expropiará Televisa, como Chávez hizo con RCTV? El motor de la economía mexicana es la empresa privada y no querrá cazar una pelea con su vecino del norte, su mejor mercado para sus tomates, aguacates y hasta automóviles.

Por supuesto que hay algunos “cabeza calientes” que tratarán de forzarle, inclusive desde la iglesia católica, como el sacertote Alejandro Solalinde, invitado por AMLO para presidir un Consejo por los Migrantes y quien es mal visto por el obispo de Monterrey, monseñor Luis Felipe Gallardo, porque el curita se pasa de rosca anunciando la posible legalización del matrimonio homosexual y el fin del celibato. Gallardo ya le advirtió que el sacerdocio y la función pública son incompatibles. En fin… Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.