Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 20 de junio del 2004


"EL PAIS VA RUMBO AL DESASTRE"

Por Hernán Maldonado

No, no. No es una frase dicha por un opositor. Lo afirmó en abril en una ceremonia en el Colegio Militar el presidente Carlos Mesa.

El mandatario, con su expresiva frase, demuestra que sigue siendo el periodista que conocimos antes que un estadista. Su sinceridad es dramática. Obviamente no se ve al político por ninguna parte.

Si Mesa actuara políticamente, haría lo que han hecho los que le precedieron en el cargo. Se aferraría a la mentira. Nos pintaria un país de rosas y culparía de las versiones en contrario a sus adversarios políticos.

Mesa no tiene nada de político y, salvó chispazos, tampoco es el estadista que Bolivia esperaba tras los luctosos sucesos que culminaron con el defenestramiento de Gonzalo Sánchez de Lozada.

Por eso Bolivia está como está. Navega como un barco sin brújula en medio de aguas tormentosas.

El principio de autoridad brilla por su ausencia. Es hasta ridículo que las autoridades abandonen pueblos enteros dejándolos en manos de los facinerosos.

Por ningún lado se ve la actuación de los fiscales del Ministerio Público acusando a los alborotadores, a los que secuestran a viceministros, a los que linchan alcaldes, a los que impiden el derecho constitucional del libre tránsito en el país y pare de contar.

Y es que Mesa tampoco cuenta con el respaldo incondicional de las fuerzas del orden público desde que el suprapoder judicial virtualmente eliminó el fuero castrense dejando a los militares con las caras largas.

Los parlamentarios del Congreso Nacional, que podrían darle a Mesa un espaldarazo para que imponga en el país el Estado de Derecho, mantienen su papel de levantamos y calientabancos.

Ni la convocatoria al referendo sobre los hidrocarburos ni las promesas de para instalar una Asamblea Constituyente para "refundar" Bolivia logran aplacar la convulsión social, el malestar político y del despelote económico.

El ministro de Gobierno, Alfonso Ferrufino, se hace eco de lo dicho por Mesa y va más allá. "El Estado ha perdido el control del país", afirmó paradojicamente quien tiene a su cargo los medios y los instrumentos para asegurar que no sea así.

Si el primer mandatario y su brazo ejecutor encargado del orden público tienen esa "sensación terrible", como dice el propio Mesa, entonces estamos tocando fondo.

Se escuchan voces para una convocatoria anticipada a elecciones presidenciales, pero sinceramente creo que ese no es el camino. Podrá distraerse por un tiempo la atención, pero los grandes problemas nacionales se mantendrán vigentes.

Y cualquiera sea el nuevo régimen, dado que las encuestas establecen que ningún grupo político lograría una mayoría significativa, el ciclo que estamos viviendo se repetirá y quizás en dósis superiores a las que amargamente nos bebemos estos días.





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