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Viernes 27 de enero 2012


CON EL PUÑO EN ALTO

Por Hernán Maldonado

En la reciente posesión del nuevo equipo ministerial vi a algunos de los ministros jurando sus cargos con el puño izquierdo en alto y me pregunto si alguno de ellos comprenderá su significado.

Poco después de iniciar su presidencia, Evo Morales dispuso que ese fuera el saludo, inclusive cuando se interpreta el himno nacional. Muy pocos le hacen caso.

Claro, él levanta el brazo con el puño izquierdo cerrado para dar el ejemplo y obviamente siguiendo los consejos del "abuelo sabio", Fidel Castro, y de "su" comandante, Hugo Chávez.

En Europa, donde proliferó este saludo, son muy contadas las organizaciones que aún la usan, la mayoría españolas. Si nuestros "socialistas" leyeran los diarios se hubieran enterado que reviven prácticas obsoletas.

Afines del 2009 se produjo un gran debate en España cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero apareció en una foto en un acto del PSOE en la que sus conmilitones Alfonso Guerra, Leire Pajio y Bibiana Aido elevaban sus puños.

En realidad sólo los cuadros juveniles del PSOE mantienen vigente el saludo porque en una democracia como la española hay el convencimiento de que el puño en alto es amargo recuerdo de las peores dictaduras.

Lo levantaban José Stalin, Mao Tse Tung, Pol Pot, Nicolau Ceausescu, l Castro y hoy lo hacen Hugo Chávez, Morales y Daniel Ortega, autoproclamados "socialistas del Siglo XXI".

A mediados de 1976 el diario El País virtualmente revivió en España el saludo que estaba proscrito durante la dictadura franquista. Publicó en su última página una manifestación en la que aparece el querubín de cuatro años, Daniel Rivas Azcueta.

El pequeñín, seguramente en hombros de su padre, un militante comunista aparece, en medio de gentío que desbordaba la Calle Preciados, como el único asistente con el puño en alto.

Francisco Franco había muerto el año anterior y España iniciaba la etapa de transición en medio de movilizaciones callejeras, las más pidiendo reivindicaciones sociales.

Hoy Rivas Azcueta es un piloto de una línea aérea española, tiene 40 años, y comprende que otra es la época que le toca vivir, lejos de la pasión política que permeó su infancia. No lo dice, pero es posible que se avergonzaría si alguien le pidiera hoy que salga a la calle con el puño en alto.

De hecho, en la meca del comunismo mundial, la extinta Unión Soviética, el saludo nunca se popularizó porque ni siquiera nació allí. Se originó en la Alemania de los años 20. Los enarbolaban los grupos paramilitares del Partido Comunista germano.

Se estima que prosperó como la respuesta comunista al brazo extendido con la mano abierta de los nazis. El puño cerrado de por si da una idea de violencia y obviamente jamás la adoptó un partido democrático.

En el "Estado Plurinacional" se lo revive para hacer caso a Morales, por conveniencia, hambre o ignorancia. Pero lo enarbolan no sólo los menos favorecidos académicamente.

Obviamente, a una joven médico no se le pueden meter las ciencias sociales de la noche a la mañana y quizás por eso es que la flamante presidenta del Senado de Bolivia, Gabriela Montaño, también juró el cargo have una semana con el puño en alto, símbolo del totalitarismo de la peor ralea.