EL CINISMO DEL COMANDANTE CHAVEZ




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Domingo 9 de agosto del 2009


EL CINISMO DEL COMANDANTE

Por Hernán Maldonado

El parlanchín dictador venezolano nos tiene acostumbrados a sus gigantescas mentiras, sin que se le mueva un músculo de la cara, pero ahora las abriga con un cinismo que podría causar risa si no fuera la tragedia que vive su país. Durante tres horas mostró el miércoles papeles (que no compartió con nadie) para sostener que los lanzacohetes que Colombia decomisó a los narcoterroristas de las FARC las robaron estos en el ataque a un puesto fronterizo venezolano en 1995. Embelesado en la mentira, nunca cayó en cuenta que ese ataque fue obra del ELN y no de las FARC.

No hace ni dos meses que desde su púlpito de la demagogia ordenó a gritos a la Fiscal General de la Republica, Luisa Ortega Diaz, que presente una ley que penalice a los medios, cuyas críticas se le están haciendo inaguantables por su carga de verdad.

En enero ya había asegurado que "si no fuera por los medios controlados por la oligarquía" un 80 por ciento del electorado venezolano lo apoyaría.Ocurre que desde esa fecha la caída de popularidad de Hugo Chávez va barranco abajo.

A su superministro de Obra Públicas, de Vivienda, de Telecomunicaciones, etc, Diosdado Cabello, le conminó a cerrar las emisoras críticas, lo que ocurrió el 1 de agosto con 34 de las 250 amenazadas. Según el gobierno las concesiones no son hereditarias ni transferibles. Frecuencias asignadas a Bengano, Sutano y Perengano, hace 50 años, de pronto se convirtieron en "ilegales".

La excusa es que los dueños de esos medios son unos "oligarcas", cuando en realidad son hombres de empresa, la mayorìa de una clase media que vive en ciudades y pueblos del interior. Lo que no se dice es que esas radios, recogiendo el clamor popular, empezaron a cuestionar al gobierno por la pésima administración.

En foros abiertos los venezolanos usando sus teléfonos preguntaban a toda hora y en todo lugar dónde están los casi 950.000 millones de dólares que recibió el régimen en esta década por los altos precios del petróleo, si hay escuelas en ruinas, hospitales sin insumos ni equipos, carreteras en pésimas condiciones o porqué Venezuela importa el 60 por ciento de sus alimentos.

Pero como aun con el cierre de las 34 emisoras continuarán otros medios independientes a los que legalmente el petrodictador no puede cerrar, entonces ordenó a Ortega Diaz "a cumplir con su deber". La Fiscal, cual gatita asustada - y sin pensar que ella es la garante del cumplimiento de la ley -- introdujo en la Asamblea Nacional un proyecto draconiano creando castigos rigurosos para los medios. Los parlamentarios chavistas, cual focas amaestradas, la aplaudieron de pie.

Sin embargo el texto propuesto, una vez divulgado, desató las alarmas en el mundo democrático. Desde foros respetables como las Naciones Unidas o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hasta Amnistía Internacional, la SIP, AIR, Periodistas sin Fronteras, etc. la condena fue general. En Venezuela los periodistas salieron a las calles con bozales rojos.

Ante la repulsa ahora el régimen se hace el del otro viernes con "ley maldita", como se la denominó, y nadie en la AN sabe si se la debatirá en un futuro próximo. Pero la guinda de la torta la puso Chávez el miércoles pasado ante los periodistas internacionales al sostener que se había "quedado sorprendido" cuando vio por televisión a su Fiscal presentando el proyecto. ¿Habráse visto mayor cinismo?