CHAVEZ BUSCA REVERDECER SU IMAGEN

Por Hernán Maldonado

Hugo Chávez Frías regresará éste fin de semana a Venezuela tras una gira con la que trató de reverdecer su deteriorada imagen, nacional e internacionalmente, tras los resultados de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre en la que resultó indiscutiblemente vapuleado.

El otrora invicto caudillo venezolano no le pudo explicar al mundo cómo es que con menos votos que sus rivales sus huestes ganaron 30 diputados más en la Asamblea Nacional. Ni apelando a su verborrea demagógica pudo dar una explicación lógica sobre el irregular resultado.

A pesar de sus absurdas sumas y restas, lo irrebatible fue que la oposición, en su conjunto, sacó alrededor de 5.7 millones de votos y el chavismo 5.4 millones. Chávez simple y llanamente perdió la mayoria, aun recurriendo a las malas artes como las amenazas, las prebendas y el abuso en la utilización de los recursos del Estado.

Para recomponer el desbarajuste emprendió gira por países de Europa, Asía y Africa. El objetivo era atraer la atención del mundo y remendar así su imagen para consumo interno. No consiguió sus objetivos.

En Venezuela sólo los medios oficialistas siguieron de cerca las peripecias de su viaje. El resto difundió sólo partes de sus discursos ofreciendo vender activos venezolanos en el exterior, sin consultar a nadie, como si se trataran de bienes personales. No sólo anunció la venta a los rusos de una refineria en Alemania, sino que garantizó a Belarús petróleo por 200 años.

Con vergüenza varios medios destacaron que en Moscú, ante las más altas autoridades rusas, aseguró que sentía como que "la Unión Soviética todavía estuviera vigente". Anunció la construcción de una pequeña planta nuclear para producción de energía con financiamiento ruso.

En Washington el presidente Barack Obama expresó que esperaba que Venezuela se sujetara a los normas internacionales respecto a la instalación de plantas nucleares. Esta es la única noticia que tuvo algún relieve en la prensa internacional que, como nunca antes, esta vez virtualmente ignoró la gira de Chavez.

El petrodictador vuelve a su país con una carpeta gruesa de acuerdos de cooperación cuya realización es dudosa si se tiene en cuenta el incumplimiento de centenares de convenios similares con los mismos países firmados en la última década, producto de sus incansables viajes (fue el séptimo a Rusia).

El único resultado tangible de la gira será la próxima entrega a Venezuela de 35 tanques rusos T-72 y T-90, como si con ellos se pudiera mejorar la deteriorada imagen presidencial o, en términos prácticos, si servirán para paliar los graves problemas que hicieron justamente que el electorado le diera la espalda hace cuatro semanas.