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Domingo 20 de septiembre del 2009


POR LAS CALLES MADRILEÑAS

Por Hernán Maldonado

Pienso que será difícil saber cuántos kilómetros lleva recorridos a pie o en cualquier otro medio de transporte Edwin Pérez Uberhuaga, pero si tengo la certeza de que es el periodista boliviano más viajado y que será inútil hacerle desistir de su empeño de unir a los bolivianos que viven en el extranjero, aun a costa de su propio bolsillo.

Lo conocí hace años en Atlanta. Ha vivido en casi todos los países de Europa y ahora parece enraizado en España. Siempre tiene el afán de destacar en el exterior a compatriotas que hacen honor al gentilicio. Sus entrevistas y conferencias las ha expuesto en tres libros, pero su quehacer principal es dirigir la revista "Aquí Latinos".

"Si nuestros políticos siempre hablan de integración e interculturalidad y no hacen mucho, ¿por qué nosotros no podemos construirlas desde abajo?, se pregunta éste periodista paceño cuarenton que parece recién salido de una escuela de periodismo con ganas de comerse el mundo a pedacitos.

"Aquí Latinos" busca ser un nexo de comunicación en el extranjero entre todos "los que hablamos el mismo idioma, tenemos un color de piel diferente, pero la misma dosis de perseverancia y rebeldía para luchar por nuestros derechos", dice Pérez al exhibir orgulloso el más reciente número de su revista que incluye también actividades de las comunidades ecuatorianas y peruanas en España y Estados Unidos.

La publicación, llamativa por la capacidad de síntesis en las informaciones y comentarios que brinda, tiene medio centenar de páginas a todo color. La edición de agosto despliega hermosas fotografías de la celebración patria boliviana en varias ciudades españolas, en Nueva York, Los Angeles y Nueva Jersey.

Aunque Pérez tiene una opinión política sobre el momento actual en Bolivia, no la expone en su revista, a no ser para llamar la atención sobre un hecho puntual o anecdótico como cuando tuvo que caminar en abril de este año desde Nueva Jersey hasta Nueva York para un fugaz encuentro con el presidente Evo Morales, a quien quisiera volver a entrevistar en el Chapare como "cuando sus pies descalzos pateaban a los mosquitos" y no estaba rodeado como hoy con ese enjambre de palaciegos, edecanes y guardaespaldas.

Y es que Pérez se ha impuesto el deber de ser la palabra de esperanza de los migrantes, por más que él mismo necesita a veces mucho de ese aliento. Entonces es cuando recuerda el Evangelio que nos exhorta a que nuestra mano derecha no se entere de lo que hace la mano izquierda y prosigue con su generosa siembra.

En las estaciones del metro de Madrid hay enormes carteles invitando a los bolivianos a inscribirse en el padrón electoral para votar el 6 de diciembre. Pérez se ofrece para llevarme a un barrio madrileño "donde te sentirás como en Cochabamba". Por lo pronto recalamos en "El Pastor", un restaurante a un pasito de la Plaza de España, cuya propietaria, doña Herminia Luna, nos devuelve el sabor de la tierra lejana con una suculenta ranga-ranga y una espumosa "Paceña".

"Bolivia está aquí en todas partes", afirma Pérez y no parece exagerar mientras veo propagandas de restaurantes bolivianos en Murcia, Barcelona, Islas Canarias y de locales como "Expobol" que se ufana de vender en España almidón de yuga, locoto en polvo, quinua, choclo, mokochinchi, lagua de jankakipa, papalizas, ají colorado y amarillo, cedrón, chuño, pasankalla de Copacabana y mucho más. ¡Olé!".