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Miércoles 21 de abril de 1999


BOLIVIA: A LOS 40 AÑOS
DE ESA GRAN TRAGEDIA

Por Hernán Maldonado


Miami - Cuatro décadas después de la muerte de su líder máximo, Oscar Unzaga de la Vega, los falangistas aspiran a reverdecer laureles y este lunes salieron a las calles munidos de escobas, dizque para barrer la corrupción que campea en el país.

Un mes antes sorprendieron a la ciudadanía al presentar como su candidato a la alcaldía de Cochabamba nada menos que a Jaime Escalante, el galardonado profesor de matemáticas cubierto de gloria en los Estados Unidos.

¿Podrá la Falange Socialista Boliviana ponerse de pie? Yo tengo mis serias dudas.

La muerte de Unzaga, el 19 de abril de 1959, me impactó profundamente. Hacía pocas semanas que le había conocido.

Mi amigo y compañero de curso en el Colegio Nacional Ayacucho, Jorge Miranda Chavarría, era un "camisa blanca" y un atardecer me sorprendió: "Esta noche te voy a presentar al apostol", dijo.

Fue en la iglesia San Juan de Dios casi vacía. Tres personas salían por la isla izquierda de la nave. Jorge y yo avanzamos a su encuentro. Unzaga de la Vega, vestia un abrigo negro que hacia resaltar sus hombros cuadrados. Lo reconocí en el acto.

"Buenas noches maestro", le dijo Jorge con una mezcla de profundo respeto y humildad. Me dio la impresión de que quería besarle la mano, como si se tratara de un obispo. Unzaga le puso la mano izquierda en el hombro, esbozo una sonrisa melancólica y me extendió su mano derecha suave, casi femenina. Parecía no haber estado expuesto al sol en mucho tiempo.

Obviamente conocía a Jorge bien. Aparte de los saludos, no hubo otro diálogo, porque los dos hombres que lo acompañaban (uno de ellos era Jaime Tapia Alipaz y el otro supuestamente su guardaespaldas, el ex cadete Gallardo) parecían tener prisa en llevárselo. Unzaga vivía permanentemente en la clandestinidad.

"¿Viste que grande es el hombre?, preguntó Jorge extasiado. "Ahora ya estarás convencido que tienes que inscribirte en la Falange. Nadie así nomás le da la mano al jefe", añadió aumentando mi turbación.

Por eso unos días después de su muerte, cuando el movimientismo celebraba "su victoria" a sangre y fuego en las calles de La Paz, sentí una especie de frustración y completa impotencia cuando el jefe de las juventudes del MNR de esa época, un tal Sánchez de Loria, decía a la masa vociferante, desde los balcones del Palacio Quemado: "Muerto el perro, muertas las pulgas".

Y las "pulgas" que no estaban muertas, -y hasta sus amigos- eran apaleados personalmente por el coronel Claudio San Román en el Control Político.

Pero ese mortal odio (que todavía encuentro en viejos falangistas que se quedaron exiliados desde entonces en Venezuela, España, Argentina y Estados Unidos) devino en un súbito amor el 21 de agosto de 1971 con el cogobierno falango-movimientista que le sirvió de soporte civil a la dictadura banzerista.

Y los apaleados de ayer, resultaron ser aventajados alumnos de sus apaleadores, sólo que esta vez las víctimas fueron todos aquellos que olieran a incienso izquierdista. Y gimieron no sólo los amigos de estos, sino hasta sus familiares. Chonchocoro, Viacha, Achocalla fueron sus campos de concentración. Y el líder de las nuevas juventudes falangistas, el infame "Mosca" Monroy se recocijaba azotando públicamente a los universitarios de San Andrés.

Tras ser echados del gobierno en 1974, los falangistas virtualmente se desbandaron y recién se palpó la tragedia que significó perder a Unzaga y su plana mayor en aquel aciago domingo de abril. Los sobrevivientes no dieron la talla. Cada quien tomó por su lado.

De aquellos sobrevivientes hay todavía algunos en función política. Jaime Ponce Caballero, por el que más de un joven se habría hecho matar, firma ahora por la Unidad Cívica Solidaridad y Luis Llerena Gamez, jefe máximo de los "camisas blancas", por quien miles de jóvenes como Jorge padecieron torturas y cárcel, es actualmente diputado de Condepa.

Es nebuloso el panorama de la nueva hornada de falangistas. Los que salieron este lunes armados de escobas (parodiando a Juscelino Kubitschek cuando este era candidato a la presidencia de Brasil) para barrer las aceras del Palacio de Gobierno y del Legislativo ya muestran incompatibilidades que deben hacer que Unzaga se revuelque en su tumba.

El ahora máximo líder de FSB, Otto Ritter, en medio de sus afanes de "barrendero" fue interrogado por el periodista Mario Espinoza, de la cadena PAT:

-¿Cómo explica usted este afán de lucha contra la corrupción, si usted es el abogado de Roberto Landívar ? (Diputado del NFR que llevó a la quiebra fraudulenta al Banco Bidesa por 56 millones y que amparado en su inmunidad parlamentaria se niega a ser enjuiciado por la Superintendencia de Bancos y trata de meter en la cárcel a sus acusadores).

-Una cosa es mi función política y otra mi función profesional, fue la tajante respuesta de Ritter.