Regreso al comienzo




Gracias por
firmar el libro
de visitas




Artículo
anterior






Opiniones




Libros




CHAT ROOM
Tema Libre

Domingo 10 de noviembre del 2014


POR UNOS CUANTOS CABALLOS

Por Hernán Maldonado

La versión corrió por Internet a la velocidad de la luz… Felizmente fue solo una versión sin fundamento. No, rotundamente, no. No fue el presidente Evo Morales, ni nadie en Bolivia, quien recomendó eliminar a los caballos, para borrar una de las "herencias" de la colonización española de las Américas.

Quizás fue obra de algún malintencionado que quiso oponer a Morales contra las poderosas asociaciones defensoras de los animales, aprovechándose de la tirria que el caudillo boliviano tiene contra todo lo que significó el colonialismo.

Los nobles animales fueron introducidos por los españoles cuando llegaron a tierras americanas hace más de cinco siglos. Los libros de Historia señalan que la Conquista pudo demorar muchísimo si no hubiera sido por la caballería, ante cuyo ímpetu huían los indígenas despavoridos.

Morales, presidente casi vitalicio de los cultivadores de la coca, en su mayoría indígenas, es el portavoz de "las naciones originarias", aunque en su ya larga presidencia, paradójicamente, nadie le ha escuchado hablar en otro idioma que no sea el español.

Coincidente o no con el desmentido, el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, anunció la llegada al país de 80 caballos adquiridos en Argentina, destinado al ejército, a un costo de $563.631.

El comandante de la VIII División de Ejército, general Juan Antonio Olivera, en una comunicación a la presidenta del Club Hípico de Santa Cruz, Ruby Sanjinés, al anunciarle que los equinos pastarán en esos predios, escribió que el costo es de $15 millones.

Cualquiera sea el precio, algunos comentaristas se alarmaron por la compra dado que hay otras necesidades más urgentes en el país. Pero como "al que no le gusta la sopa, doble plato", el gobierno anunció que construirá un nuevo palacio presidencial en La Paz a un costo de $36 millones.

Morales dijo que se llamará "Casa del Pueblo" por ser un país de mayoría indígena (aunque el último censo establece que casi el 75% se considera mestizo) y que el viejo palacio se convertirá en "Museo del Estado Colonial", a todas luces impropio porque se construyó y usó en la era republicana.

Estos lujos se dan cuando en Bolivia, pese a la bonanza económica de los últimos seis años, no se ha construido un hospital de clínicas que se equipare al Clínico de La Paz, que data de los años 50 o decenas de escuelas y colegios para que padres de familia no tengan que hacer cola de hasta tres días para inscribir a sus hijos en los existentes.

Peor todavía estos gastos se anunciaron al día siguiente de que Morales fue el único jefe de Estado asistente a una reunión de Movimientos Sociales con el papa Francisco, en los que el pontífice exhortó a los asistentes a la moderación en gastos que no sean de urgente utilidad social.

"Se acata, pero no se cumple", parece haber dicho Morales parafraseando al Virrey Abascal cuando le fue presentado en Lima, durante la Colonia, la novísima Ley de Indias.

Por lo demás, ¿cuántas escuelas podían repararse o comprarse equipos médicos con casi medio millón de dólares? No importa. Unos 80 militares podrán pavonearse en sus flamantes caballos en desfiles cívicos, porque la última caballería como arma de guerra sucumbió junto con el ejército polaco al comienzo de la II Guerra Mundial.

comments powered by Disqus