¿Quién corta el bacalao?




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Viernes 21 de mayo del 2010


¿QUIEN CORTA EL BACALAO?

Por Hernán Maldonado

El actual gobierno boliviano está lleno de singularidades. El plano anecdótico ha quedado atrás, inclusive para esas ONGs rosas europeas que estuvieron vendiendo la aventura castro-chavista como un ejemplo a seguir por otros pueblos.

Resulta que lo que se aprende en la escuela, las academias y las universidades no puede ser reemplazado de la noche a la mañana por las lecturas en "las arrugas del abuelo", como aconseja el canciller David Choquehuanca. Tampoco es lo mismo dirigir un sindicato que un país, como lo descubrió el presidente Evo Morales.

La novedad de un país dirigido por primera vez por "un indio" ha envejecido. Ha bastado que el líder se convierta en el hazmerrerir del mundo culpando a los transgénidos de la homosexualidad o descubriendo que la papa holandesa causa la calvicie. O que pretenda erigirse en consejero de Benedicto XVI.

En el plano interno, hubo un tiempo en que el vicepresidente Alvaro García Linera, se encargaba de interpretar o aclarar lo que Morales quiso o quería decir, especialmente para la prensa internacional. Apelaba a los conocimientos que dice haber acumulado con la lectura de 20.000 libros, hazaña de la que ni Alvaro Vargas Llosa presume.

Pues parece que García Linera se cansó de esa labor e implicitamente designó a Morales como su "jefe de relaciones públicas". En menos de un mes Morales ha visitado tres veces Venezuela, viajó a Naciones Unidas, ha ido a Asunción a los festejos de la independencia paraguaya. De allí saltó al Vaticano y en seguida a una Cumbre en España. Este fin de semana anda por otros países europeos.

Y ahora es que falta, porque según anunció en Madrid, se propone concientizar a gobiernos para que en la Cumbre del Ambiente pactada para fin de año en México se aprueben las conclusiones de la minicumbre que organizó en Tiquipaya, que el mundo recordará como la cita en la que atacó a "homosexuales y calvos".

Hasta antes de sus "nuevas funciones", Morales se hacía acompañar en las reuniones de gabinete por García Linera. Violando el protocolo, más de un embajador fue obligado a presentar sus cartas credenciales a ambos. El vicepresidente, al cogobernar, violó artículos expresos de la Constitución Política del Estado que le atribuye funciones propias del Poder Legislativo, excepto en casos de ausencia del titular del Ejecutivo.

En estas últimas semanas el gobierno del "pobre indiecito", como se autodescribió en Caracas el mismo Morales, ha tenido que enfrentarse súbitamente a la pérdida de un millón de votos, pero sobre todo a un malestar social creciente con paros, bloqueos, muertos, heridos, detenidos y perseguidos. En su ausencia, García Linera ordenó la represión, destituyó a una ministra, manipula a diputados y senadores, pisa y habla fuerte. ¿Alguna duda sobre quién corta el bacalao?