Evo, el presidente “espionado”




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Lunes 15 de julio del 2013


EVO, EL PRESIDENTE “ESPIONADO”

Por Hernán Maldonado

Todos están de acuerdo: Completamente desconsiderado el trato que le dieron al presidente Evo Morales los gobiernos de Francia, España, Portugal e Italia. El desacuerdo está en si esos países estaban en su derecho de ejercer su soberanía en la forma en que lo hicieron.

Porque, ¡claro!, una cosa es la legislación internacional que regula la aviación comercial y otra la legislación relacionada con la aeronavegación estatal. Un avión presidencial goza de la misma extraterritorialidad que un Estado reconoce a la sede de una embajada de un país extranjero.

Por esto la certidumbre de destacados juristas que señalan que jamás Morales hubiera recibido la ofensa si hubiera viajado en un avión comercial. El paso o aterrizaje de una nave oficial de un país por otro país está sujeto al permiso o no del país requerido.

Explicar esto nos llevaría a analizar los convenios internacionales de Chicago, Montreal, Viena, etc. y no es el caso. Tampoco vamos a referirnos a la exigencia de países del Mercosur de pedir explicaciones a los países culpables y porqué éstos se muestran reacios a ello.

Lo que llama la atención es la hipocresía de algunos altos funcionarios que se rasgan las vestiduras pidiendo “respeto” a los altos dignatarios de Estado, como lo hizo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza. Olvidó que como canciller de Chile llamó “loquito” al ministro de Defensa de Bolivia, Fernando Kieffer.

ONASUR demostró que sin Hugo Chávez ya es un auto sin motor. ¿Se imaginan una cumbre del organismo sin los presidentes de Chile, Perú, Colombia y Brasil, con él vivo? Y su pronunciamiento fue medular más que racional, lo mismo que el de Mercosur. Eso de llamar a sus embajadores es más que nada un saludo a la bandera.

Morales fracasó en su intento de que se enjuiciara internacionalmente a Estados Unidos por espionaje porque era como tirar una piedra al cielo. Desde que la humanidad existe, el espionaje es una práctica común en los Estados. Miles han sido fusilados por esa práctica. ¿Nadie recuerda ya el caso de los esposos Julius y Ethel Rosenberg? ¿Bolivia no condenó a un general en los años 60 que espiaba para Chile cuando el lío del río Lauca?

Nicolás Maduro el actual presidente bolivariano ha llevado la voz cantante en el más reciente escándalo. Olvida también que el G2 cubano tiene su autorización para hacer y deshacer en materia de espionaje en Venezuela. La prueba más reciente fue el escándalo por una grabación en la que el principal vocero de Chávez, Mario Silva, rinde cuentas a un alto oficial cubano sobre secretas interioridades del oficialismo.

Chávez con la ayuda del G2 ha infiltrado a todas las organizaciones opositoras. El propio Silva develaba cotidianamente vídeos y audios de conversaciones en VTV, el canal oficial, pese a que la práctica está prohibida constitucionalmente.

No obstante, el difunto solía quejarse de ser constantemente “espionado” por el “Imperio”, algo que ahora copia Morales porque ve que el incidente de Viena lo ha reposicionado políticamente al interior de Bolivia de cara a sus intentos re-reeleccionistas del próximo año. ¿Es o no es verdad?, preguntaría mi gran amigo, el padre José Gramunt de Moragas, J.S.