EL "AMIGO" ARCE GOMEZ




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Jueves 9 de julio del 2009


EL "AMIGO" ARCE GOMEZ

Por Hernán Maldonado

La fotografía me trae muchos recuerdos. Gente amiga como Adolfo Ugarte, Tito de la Viña, Horacio Corro, Renato Ordoñez, Nils Valle, Adolfo Lavayén, Mario Maldonado y el "negro" Flores, estos dos últimos abrazados por "nuestro arquero" Luis Arce Gómez, identificado así porque es el único que no luce la camiseta de Always Ready.

¿Reconocen a algunos de ellos? De izquierda a derecha parados Juan Lavayen (fotógrafo de El Diario), Mario Maldonado (Presencia), Arce Gómez, "El Negro" Flores (fotógrafo de Ultima Hora), Hernán Maldonado (Presencia), Nils Valle (fotógrafo de Presencia). Agachados: Adolfo Ugarte Calvi (El Diario), Tito de la Viña (Cabalgata Deportiva Gillette), Horacio Corro Geldrez (El Diario), Renato Ordoñez del Villar (Radio Emisoras Unidas).
Era 1958 en el tradicional encuentro futbolístico de "casados" y "solteros" del Círculo de Periodistas Deportivos de Bolivia en el estadio Hernando Siles. Arce Gómez, expulsado del Colegio Militar, era uno de los fotógrafos de "Presencia", que hacía poco se había convertido de semanario en diario.

Casi un cuarto de siglo después ese "arquero" se convirtió en el hombre fuerte de la dictadura de Luis García Meza, recomendándonos a los bolivianos "andar con el testamento bajo el brazo". Era tan brutal que no era simple anécdota aquello de que en su tiempo en Bolivia las amígdalas se operaban por vía rectal. Todavia estremecen los asesinatos en la calle Harrington de La Paz.

El coronel Arce Gómez no queria que se abriera la boca porque aspiraba a que nadie supiera que, además de su sucio trabajo como ministro del Interior, se dedicaba al próspero negocio de la cocaína. La DEA tenía la boca cerrada, pero los ojos y los oidos muy abiertos y como "nadie es por siempre impunemente poderoso" (Franz Tamayo), a Arce Gómez le llegó la hora de pagar.

Fue enviado a Estados Unidos por un régimen democrático que se pasó por alto las leyes bolivianas. Allí fue juzgado por tráfico de cocaína y se le sentenció a 30 años de cárcel. Deambuló por las prisiones de (Memphis) Tennessee, Coleman y Jacksonville (Florida), hasta la correcional de Krome, en Miami desde donde se lo expulsó a Bolivia este jueves en la madrugada. Estuvo casi 20 años en Estados Unidos y sólo cumplió la mitad de su sentencia. Otra sentencia lo espera en La Paz por delitos de lesa humanidad.

Mientras estuvo en Florida busqué por todos los medios entrevistarlo. Me valí de la fotografía y ¡eureka!, me contestó el 22 de agosto de 1997 por intermedio de un amigo que lo excusaba dado que el ex ministro estaba saliendo de "un cuadro de apoplejia", pero que "se alegró muchísimo" al recibir mi carta.

Aprovechándome de esa alegría le volvi a escribir, pero ya por entonces sabía que yo había divulgado que se encontraba muy enfermo y nunca más me contestó. En noviembre del 2009 el juez Alberto Costa Obregón quizo tomarle una declaración y lo que consiguió fue que Arce Gómez le prometiera que hablará "cuando regrese a Bolivia".

Arce Gómez es ahora quien tiene que abrir la boca para decirnos muchas cosas, la más importante de todas revelarnos dónde está el cadaver de Marcelo Quiroga Santa Cruz y de otros desaparecidos. Pueda que también dé luces de sus compinches narcotraficantes y de los políticos que lo ampararon y que hasta ahora aparecen muy orondos sin que la justicia los haya alcanzado, como lo denunció su jefe García Meza en el libro de Tomás Molina, "Testimonio de un dictador".

El juzgamiento, encarcelación y finalmente expulsión de Arce Gómez tiene un claro mensaje a los que creen que se escaparan del largo brazo de la justicia estadounidense. Ya varios narcotraficantes y políticos violadores de los derechos humanos han sido expulsados a sus países, inclusive muchos que por años han estado viviendo en el anonimato y disfrutando de sus fortunas malhabidas.

Michael Rozos, director del Servicio de Inmigración y Aduanas en Florida, al felicitarse de poner en manos de la justicia boliviana a Arce Gómez, prometió que Washington trabajará incesantemente para identificar, arrestar y finalmente expulsar a aquellos que han cometido crímenes contra la humanidad en el extrajero, de manera que puedan ser presentados ante los tribunales de justicia". Que su palabra vaya por delante. Amén.